El arte del drag sería impensable sin la magia de la música. Cada espectáculo es presentado con una selección musical que refleje un sentimiento, una crítica social o solo levantar la voz de activismo por las comunidades LGBTTIQ. Una mezcla que ha llevado a repensar el transformismo para que sea más que un entretenimiento, un aliciente en el despertar de la conciencia social.
Este repensar del arte del drag se magnifica cuando esa mezcla se produce añadiendo a la ecuación el género urbano. Pero, ¿cómo se relaciona lo urbano de la música con el drag?. Fácil, ambos espacios son subculturas que evolucionaron para satisfacer la necesidad de expresión de ideas de determinados sectores.
El género urbano nace con raíces en el R&B, el Hip-Hop y el Reggae, desarrollado en comunidades de escasos recursos las cuales han sido marginadas, aisladas y controladas además de ser señaladas por un bajo aprovechamiento académico entre sus integrantes.
Similar en todo aspecto al transformismo. Nace de las artes escénicas y la representación e intercambio de roles del género entre sus actores. En muchas ocasiones representado por personas pobres con un interés en alzar su voz por sus pares y crear conciencia sobre temas sensibles o controversiales del momento.
Remontemonos a la década de 1990. En el género urbano nace una artista mujer de aspecto poco feminizado y una voz gruesa que se enfrentó al machismo que representa este estilo musical, Ivy Queen. Por años fue criticada hasta ser señalada por sus homólogos como una supuesta transexual y lesbiana solo por su apariencia. Esto no fue recibido por la artista como crítica ofensiva o negativa y no amilanó sus ganas de seguir creciendo.
En la actualidad es una aliada poderosa de las comunidades LGBTTIQ, incluso el pasado año quiso “darle una lección” a todos aquellos que la tildaban de trans y lesbiana e incluyó a varias transformistas en su participación en los Premios Tu Música.
“Por todas esas veces que fui llamada despectivamente por un sin número de nombres en mi próspera carrera artística. Anoche me hice acompañar de estos talentosos transformistas quienes alardearon sus atuendos alusivos a mi trayectoria y look's.” (sic) - Ivy Queen
Ahora regresemos a la actualidad, año 2017. Se hace notar de forma extrema la imagen de un joven de forma muy particular que rompe con todos los estándares del momento para un artista del genero urbano. Uñas repletas de colores fluorescentes, utilizando vestimentas largas de encajes con pedrería, con escandalosas sobrebotas y hombreras. Esto atado a su ultimo vídeo musical donde expone la realidad de la violencia a las mujeres trans en Puerto Rico.
Una clara representación del mundo LGBTTIQ en una persona que consideran un transgresor del género. Esto por su expresión de lo que es o no la masculinidad y cómo el ser humano puede fluir entre los géneros sin necesidad de encajar a uno en particular.
Este ha sido un tema muy delicado entre las comunidades LGBTTIQ y pocas voces hablan del mismo.
A esto él expresa que “hay gente que agradece lo que yo hago, hay gente que lo critica, hay gente que me dice 'gracias por sacar la cara, gracias por defender’. Creo que es mi deber como persona influyente, ya no tanto como artista, sino como persona, de vez en cuando tratar de hacer lo que puedo” (sic) -Bad Bunny en entrevista con la revista GQ.
Sin duda el mundo sigue evolucionando, sigue cambiando y el género urbano, al igual que las comunidades LGBTTIQ, ha pasado por un proceso de evolución, aceptación y ha logrado reunir voces muy diversas para seguir entreteniendo. Sin dejar a un lado la idea de que ambas comunidades son reflejo de las diferencias que podemos tener como humanos y nuestras acciones serán la punta de lanza para el cambio que queremos ver en el mundo. Uno de aceptación y respeto.
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